23 de junio de 2011

Seamos espontáneos



Siempre el tema "vacaciones" me resultó estresante, al menos desde que empecé a hacerlo por mi cuenta. Y pasa porque a medida que uno va teniendo mayores responsabilidades, las disponibilidades no son las mismas. Que a una en la empresa le dan el mes de enero, a otra en marzo, que una tiene 10 días, y la otra un mes. Así que por lo general, terminamos arreglando un fin de semana, una escapada corta pero efectiva. Y eso es todo, fue lo máximo que pudimos hacer para irnos juntas o al menos la mayoría. Y ese fue el auge de mis vacaciones, un fin de semana, tres días dos noches. El día que me anime a irme sola ésto no me va a pasar más, pero por ahora es lo que hay...


Pero este año fue diferente... las vacaciones surgieron espontáneamente, en un día organizamos el viaje, y en una semana arreglamos todo y partimos. Muy pocas veces las cosas se dan tan fácil, pero créanme que con menos planificación y más espontaneidad se logran cosas espectaculares.

Con unas amigas embarcamos hacia Uruguay, y digo embarcamos porque literalmente fue así. Durante diez días recorrimos varias localidades uruguayas de los partidos de Maldonado y Rocha, todas distintas pero cada una con su encanto. Fue el primer viaje que hice de éstas características, recorriendo diferentes lugares, y mis primeras vacaciones en el exterior. Sí, suena raro decir "exterior", cuando en una hora en barco estás en Colonia (otra ciudad hermosa que en otra oportunidad les contaré). En fin, fue una experiencia genial. Particularmente, amo conocer y recorrer distintos lugares, ir por distintas rutas parando en cada pueblo o localidad que se cruza en mi camino. Sin dudas, el año que viene voy por el mismo camino, ¿el destino?, todavía no lo sé, pero eso ya no es un problema.



  Viajando a Piriapolis - Primera parada








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