3 de julio de 2011

Un lugar llamado “Valizas”


En mi primer post hablé sobre mis pasadas vacaciones por Uruguay. Y la verdad que si bien cada rincón que llegué a conocer de ese país me gustó, ninguno me dejó tan encantada como Valizas. Lo cual es curioso, porque cuando llegué me pasó todo lo contrario. Venía de ciudades balnearias totalmente distintas, con otro tipo de paisaje y de vida (acorde a lo que conozco). Pero Valizas no tenía nada que ver con ningún otro lugar que haya pisado antes (ni en Uruguay ni en Argentina). Yo no sé si era que ya veníamos recorriendo hace días y el cansancio estaba acumulado o que cuando llegamos ahí el día no acompañaba, lloviznaba y no parecía que fuera a mejorar. Cuando miré a mi alrededor parecía que estaba en el medio de la nada misma, sabía que mirara para donde mirara no había mucho más que eso que estaba ahí al alcance de mi vista. Un balneario pequeño, chozas rudimentarias, calles de arena y una gran playa. No había centros comerciales, librerías, una peatonal, bancos, estaciones de servicio, nada de eso a lo que uno está habituado a ver. Y pensé: "un día como hoy, donde la lluvia se iba a hacer presente en instantes, qué se supone que íbamos a hacer en un lugar así, donde parecía que no había mucho que hacer. Y entonces me dije para mis adentros...que estos dos días que esté acá pasen volando y continuemos con el viaje”…



Barra de Valizas


La llovizna dio lugar a una tormenta, y después la calma, un rayo de luz cubrió la playa y el arcoíris apareció por encima de nosotros. Fue ahí cuando decidimos salir a conocer, a recorrer un poco las calles de Valizas (con cámara en mano por supuesto). Y para mí sorpresa, ese lugar tan pequeño y desprovisto de "grandes" cosas, pasó a ser un lugar único, espectacularmente único. Ese pequeño pueblo quedado en el tiempo, donde la tecnología y la vorágine de las grandes ciudades no son habitué, donde no hay luz ni agua corriente (salvo en ciertos lugares como hostels) era sin duda, el lugar más INCREIBLE en el que había estado. Esas pequeñas chozas construídas por los mismos habitantes, los barcos pesqueros, la gente bañándose en las calles con baldes de agua, las velas que iluminaban las calles al anochecer y el interior de las casas, era simplemente alucinante, distinto pero ALUCINANTE.




Barra de Valizas


Nada en Valizas era "lo convencional", parecía el lugar ideal (y creo que lo es) para escapar de la rutina con la que peleamos todos los días. La tranquilidad que se vive en ese sitio parece salida de un cuento. La gente duerme con las puertas sin llave, no existen cerrojos, no se escuchan alarmas de autos, ni sirenas de la policía. Es simplemente hermoso, tan simple y tan bello! Lo recomiendo cien por ciento!!!







Barra de Valizas


23 de junio de 2011

Seamos espontáneos



Siempre el tema "vacaciones" me resultó estresante, al menos desde que empecé a hacerlo por mi cuenta. Y pasa porque a medida que uno va teniendo mayores responsabilidades, las disponibilidades no son las mismas. Que a una en la empresa le dan el mes de enero, a otra en marzo, que una tiene 10 días, y la otra un mes. Así que por lo general, terminamos arreglando un fin de semana, una escapada corta pero efectiva. Y eso es todo, fue lo máximo que pudimos hacer para irnos juntas o al menos la mayoría. Y ese fue el auge de mis vacaciones, un fin de semana, tres días dos noches. El día que me anime a irme sola ésto no me va a pasar más, pero por ahora es lo que hay...


Pero este año fue diferente... las vacaciones surgieron espontáneamente, en un día organizamos el viaje, y en una semana arreglamos todo y partimos. Muy pocas veces las cosas se dan tan fácil, pero créanme que con menos planificación y más espontaneidad se logran cosas espectaculares.

Con unas amigas embarcamos hacia Uruguay, y digo embarcamos porque literalmente fue así. Durante diez días recorrimos varias localidades uruguayas de los partidos de Maldonado y Rocha, todas distintas pero cada una con su encanto. Fue el primer viaje que hice de éstas características, recorriendo diferentes lugares, y mis primeras vacaciones en el exterior. Sí, suena raro decir "exterior", cuando en una hora en barco estás en Colonia (otra ciudad hermosa que en otra oportunidad les contaré). En fin, fue una experiencia genial. Particularmente, amo conocer y recorrer distintos lugares, ir por distintas rutas parando en cada pueblo o localidad que se cruza en mi camino. Sin dudas, el año que viene voy por el mismo camino, ¿el destino?, todavía no lo sé, pero eso ya no es un problema.



  Viajando a Piriapolis - Primera parada








Barra de Valizas